miércoles, 8 de febrero de 2012

La espera

Tras varios meses tejiendo exclusivamente para Chloe, he terminado la última pieza que veo posible tejer a tiempo.  Ahora sólo queda esperar.

Como resumen, para empezar, he tejido varias chaquetas.  Todas son top down porque si no ya sabemos que se convierten en un montón de piezas que nunca serán cosidas entre sí.

La primera chaqueta es la Puerperium cardigan y está tejida con una madeja (ni más ni menos) de Malabrigo Rios.


Luego tejí este abriguito, que en teoría es talla 3 meses pero todo el mundo dice que lo ve grande.  Como no tengo la más remota idea del tamaño de un bebé de 3 meses, si le vale se lo pondré y si le pilla en verano, pues a guardar.


Una chaqueta de peluche, que en foto pierde mucho pero en vivo es muy mona y lo más importante, abriga. La lana es la Cocoon, de Phildar.


El maravilloso korrigan, que a mi no me ha quedado ni la mitad de bien que en el patrón, y además es demasiado grande (otra vez).


Por último, viendo las tallas que me habían salido, quería una chaquetita finita para talla 0-1 mes en otra gama de colores, porque para no querer mucha ropa rosa, no me he movido de esos tonos...

Es un patrón de la Droguerie, versionado para tejer en top down.  La lana es la Cascade Socks, comprada en Llanarium.





Con restos de lana del korrigan he tejido las imprescindibles Saartje's booties que no pueden faltar en el ajuar de ninguna madre tejedora.


Y pasamos al lado lúdico del tejido premamá: los muñecos.  Me he viciado a hacer amigurumis.  Siempre me han llamado la atención pero los veía algo que, sin niños en casa, acaba molestando y no sirve para mucho.  Así que, resuelta la excusa, me puse a crochetear a saco.  Y he descubierto que son ideales para acabar con restos de stash.

El primero de la lista fue este gatito, por el número de proyectos que tiene en ravelry, todo un clásico.


Luego encontré este bicho feo, que de tan feo es gracioso.  De hecho a todo el mundo le encanta cuando lo ve en casa. 


Un pajarito para quemar restos de lana.  La idea era hacer un montón con todos los restos de lana que tengo pero el pobre ha quedado huérfano.



La joya de la corona es este juguete, que no sé cómo se llama, la verdad.  Una pirámide de aros o algo así. Hay que decir que cuando montas el soporte, antes de ponerle ojos y boca, es algo digno del intercambio guarrindongo de navidad.


Y para terminar, volví a un proyecto que tenía empezado desde que me apunté en Ravelry, la Babette Blanket.  Aproveché los cuadrados que ya tenía y con unos pocos más pude terminar esta colcha tamaño baby. 

Y después de esto, sólo queda esperar...
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