Me ha costado un poco cambiar el chip de las calitas solitarias, el tzatziki, las Mythos de medio litro y los pulpos a tutiplen por el chip de la oficina, la hora cronometrada para comer y el cercanías llenito hasta la bandera. Sin embargo la realidad se impone y los proyectos inmediatos que tengo en mente requieren todo mi tiempo y atención así que hasta dentro de un mes no estaré de vuelta en el mundo tejeril.
Hasta entonces (e incluso entonces) me quedan las fotitos y recuerdos de las vacaciones pasadas.




